Caso Alexander destruyó a su familia Enfermera no apelará sentencia y asegura que nunca hubo violación

Lola Rodríguez, la entonces enfermera del Hogar Virgen de Fátima, no apelará la sentencia que el Tribunal Décimo de Sentencia de La Paz dictó en su contra, no porque acepte haber encubierto la supuesta violación al bebé Óscar Alexander Ch. V. (8 meses de edad), sino por falta de dinero. En diálogo con EL DIARIO aseguró que nunca hubo violación, por tanto, tampoco el delito por el que fue sentenciada.

Con la esperanza de rehacer su vida, limpiar su nombre de un delito que reitera nunca se cometió y una tenue ilusión de que en algún momento se haga justica. Tiene una sentencia penal de dos años dictada la madrugada del pasado 27 de febrero.

La enfermera rememoró parte de los oscuros capítulos que el denominado “caso bebé Alexander” marcó su vida, los que empezaron la madrugada del 13 de noviembre de 2014 cuando cumplía su turno como enfermera y el bebé Alexander fue trasladado al Hospital Juan XXIII, donde perdió la vida.

La madrugada del 27 en febrero le dieron sentencia de dos años de cárcel por incumplimiento de deberes y encubrimiento de la supuesta violación contra el bebé de ocho meses Oscar Alexander Ch. V.

SERÁ DIFERENTE

Con voz baja y tratando de dominar los nudos que se le hacen en la garganta, lo primero que recordó fue que la madrugada que se dictó la sentencia no pudo controlar su rabia y terminó gritando a los jueces y a los acusadores particulares “en algún momento nos vamos a cruzar en el camino y las cosas van a ser diferentes”, les encaró tan pronto terminó la audiencia.

Pero Rodríguez explicó que la rabia que sintió no fue por los dos años de cárcel en su contra, sino por los 20 que dictaron para su compañero de trabajo y de infortunio en estos últimos tres años, Jhiery Fernández, el médico que también cumplía turno ese 13 de noviembre y a quien el Tribunal Décimo de Sentencia de La Paz señaló como culpable de la supuesta violación.

Para la enfermera Lola Rodríguez se condenó a un inocente y no hubo justicia para Alexander.

VERDADES

Como no pudo hacerlo durante el tiempo que duró el juicio, por la reserva judicial que impusieron los fiscales, la enfermera ratificó varias irregularidades denunciadas a lo largo del proceso.

Irregularidades que afirma se iniciaron desde el momento que tomaron el caso los fiscales Susana Boyán y el actual fiscal de distrito Edwin Blanco dirigidos por fiscales superiores y el fiscal general, Ramiro Guerrero, en un “proceso de investigación” que considera sólo quedó en nombre porque aún ahora luego de haber escuchado y leído los archivos se desconoce lo que pasó con el bebé.

Entre las varias denuncias, Rodríguez confirmó que en audiencia ante los jueces, denunció que en 2014 Blanco pretendió extorsionarla con 10.000 bolivianos y la presionó para que falsee su versión con la promesa de dejarla libre y comprometer a los médicos del Hospital del Niño.

También confirmó que varios de los testigos que descartaron la violación o aseguraron que nunca hubo indicios contra el médico Fernández fueron amenazados por Boyán con procesos penales.

Desmintió la especulación de una supuesta relación entre el médico de 35 años y la cuidadora del bebé Madelen Paola Pahe Chambi, quien se sometió a proceso abreviado, también por temor a una condena más larga y logró dejar la cárcel con apenas 19 años de edad.

La enfermera negó que esa madrugada, el médico Fernández haya estado en el lugar o que fuera el único varón en el Hogar Virgen de Fátima (hoy Niño Jesús) como lo sostiene Blanco.

LAS FALENCIAS

Rodríguez asegura que los fiscales están conscientes de todas las falencias de su propia investigación pero no logra entender las razones por las que aún sostienen la acusación contra el joven médico a quien recién fue a visitar a su celda en San Pedro para pedirle perdón.

Decidió verlo en estos días, luego de confirmar que el Tribunal le concedió el perdón judicial y saber que no tendrá que ingresar a la cárcel, pues los dos años de sentencia quedaron de lado ante los tres que duró el juicio.

“¡Perdón! doctor, ¡discúlpeme!, si yo no lo hubiera sacado a ese niño usted no estaría ¡aquí!”, fue parte de lo que entre rabia y lágrimas le dijo Rodríguez al médico el día que se leyó la sentencia.

Dolida por el encierro de Fernández, la auxiliar de enfermería relata que esa mañana tomó la decisión de llevar al bebé al Hospital del Niño porque estaba grave, pero ahora cree que hubiera sido mejor no haberlo hecho, pues fue en ese traslado hasta su muerte en el Juan XXIII lo que dio origen a todo este caso, donde cree no se esclareció las causas de la muerte del menor.

Con la experiencia de madre, la formación como enfermera y todo lo que llegó a conocer en el caso, Rodríguez asegura que el bebé de ocho meses nunca fue víctima de violación ya que el daño en la región anal hubiera sido evidente, tomando en cuenta el tamaño del niño y del supuesto agresor.

Lola Rodríguez Onofre fue sentenciada por los mismos delitos adjudicados a Sandra Madeni, médico internista del Hospital del Niño, que también se encontraba de turno esa fecha.

Sin un abogado que la asesore, Rodríguez aseguró que no puede apelar la sentencia por la falta de recursos, más aún luego que el proceso le costó su matrimonio y parte de su carrera la que pudo retomar este año para al fin egresar como licenciada en enfermería.

A los 42 años está consciente de que no es fácil volver a empezar, menos con dos niños que ahora sólo sobreviven de la pensión que les da su padre y que tal vez deba migrar a otro departamento.

“Es una situación difícil, a veces la vida te pone pruebas, para saber si realmente la pareja que has elegido te acompaña, porque cuando uno se casa dice que debes estar acompañando (a tu pareja) en todos los problemas, pero (es) diferente, ya no había apoyo en mi casa, mi esposo ya no me daba dinero, al contrario, me decía que por mi culpa era todo lo que estaba pasando, te lo mereces, me ha empezado a golpear, hice denuncia, mi hermano me ha defendido y le han reclamado del porqué se metía en problemas familiares”, relató entre lágrimas.